domingo, 28 de noviembre de 2010

Otro sitio con encanto



Otro sitio con encanto para una persona especial. Tenía todo tu cumpleaños preparado al detalle desde hacía más de un mes y no salió nada como esperaba, pero sé que te gustó. 
Como tu dices, las cosas salen mejor cuando no estaban planeadas. 


Felices veinte años, Fran. ¡Y recuerda!: Nunca serás tan joven como ahora.

Lugar con encanto: Palma Aquarium

domingo, 21 de noviembre de 2010

Sitios con encanto







Justo llegar a la puerta de este hostal fue como llegar a casa de unos amigos, conocimos a gente esa misma noche y se nos hicieron las dos de la mañana hablando de costumbres y curiosidades con dos chicas, una francesa y la otra, inglesa. Nos llamaron la atención por hablar y reír demasiado fuerte y nos tuvimos que ir a dormir.
El ambiente por la mañana era muy movido, coreanos chateando con sus portátiles, un grupo de gente que desayunaba, gente recién salida de la ducha, alguien durmiendo en el sofá, recién llegados...
No me podía sentir más contenta, y con más ganas de salir a ver la ciudad. 
De verdad, vale mucho la pena ir a dormir a sitios como éste, porque te hacen sentir como en casa, incluso la gente dejaba iphones y portátiles encima de la mesa y se iba a dar una vuelta. 
Todo estaba lleno de cartelitos de bienvenida, o incluso algunos que decían que si no tenías dinero podías trabajar ahí y así tenías cama gratis.
No importa si por la mañana no puedes hacer ruido porque la gente duerme, tienes que lavar tus platos o compartes una cocina pequeña con veinte personas y comes en un trocito de mesa, es una experiencia encantadora. 

En fin, me enamoré del Sevilla Inn Backpackers y ya quiero volver. 

domingo, 14 de noviembre de 2010

Mr. Salmón!



¡Míster Salmón ya está aquí! Pronto tendré que hacer a sus compañeros...
Salmón se ha ido a vivir a casa de Fran, y su hermana perqueña, Gemma, fue la que le puso este nombre tan gracioso.
¡Feliz semana a todos!

domingo, 7 de noviembre de 2010

I love my fish


Mi pez llevaba días en el fondo de su pequeña pecera redonda sin moverse, sólo se movía para comer. Creía que se iba a morir y ya no me despertaría más por las mañanas haciendo burbujas. Ahora ya está en su pecera grande, y aunque no dure mucho el agua limpia porque me falta una pieza del motor, ya vuelve a ser como antes. Me encanta verlo flotar yendo de un lado a otro en mi estantería. Me encanta que tenga su casa en mi cuarto.

Lo he que aprendido hoy es que hasta los peces se pueden deprimir. Esto puede ser una lección...